Un descalcificador puede ser muy útil en algunas zonas. Pero es imprescindible en otras. El grado de necesidad dependerá de la calidad del agua del lugar en el que vivas.
Cuando te instalas en un piso nuevo no valoras tanto los problemas que el agua puede ocasionarte. Justo por eso, porque es nuevo. Lo que significa que las reparaciones y otros inconvenientes no serán inmediatos.
Por eso no se nos ocurre pensar en la instalación de un descalcificador como una necesidad más de la casa. Es normal.
Nos cuesta un poco ser previsores cuando las relaciones causa-efecto suceden con años de diferencia. Aunque una vez empiezan los problemas ya no hay control.
Entonces, reparación tras reparación, viene el arrepentimiento. Pero ya es tarde.
Y es que la cal es como las termitas; empiezas con pequeñas subsanaciones para retrasar lo inevitable. Pero al final toca cambiar tuberías, electrodomésticos, grifería y todo lo que pilla.
En la costa de Levante y las Baleares el descalcificador es muy recomendable
Lugares como la Comunidad Valenciana tienen un agua especialmente dura. Es decir, con una importante cantidad de cal. Un problema que perjudica a todos los circuitos y electrodomésticos que trabajan con este elemento.
Lo que significa que nuestras lavadoras viven menos años; debemos descalcificar las cafeteras con asiduidad. También limpiar grifos y teléfonos de las duchas para que no se atasquen. ¿Te suena?
Pero lo peor son las reparaciones. Las tuberías embozadas, agrietadas o rotas son un problema caro. Primero porque hay que localizar la avería. Después porque, tras la primera vienen más. Un constante goteo de gastos.
Romper paredes, reparar o sustituir tramos y volver a tapar y a lucir. Cuando nos toca a nosotros empezamos a temblar. Pero, si en 6 u 8 años cambiamos la lavadora, rara vez relacionamos este gasto con la cal.
¿Sabías que una lavadora puede durar más de 10 años? ¿Sorprendido? Pues no es una leyenda urbana.
Problemas derivados del exceso de cal
Es verdad que cuando nos cuesta un esfuerzo económico vemos las cosas de otra manera. Pero un descalcificador puede evitarnos estos y otros problemas. Por ejemplo los de la piel.
Las pieles atópicas sin duda lo notan mucho más que los que no sufrimos ese problema. Porque la cal agudiza el picor y el enrojecimiento de la piel. Es decir, empeora los síntomas.
También los eccemas o un exceso de sequedad podrían ser debidos a la dureza del agua. Y en los casos más grabes provocan grietas en la piel.
De nuevo aquí vemos que las personas afectadas tienen más presente la importancia de instalar un descalcificador. Aunque eso no significa que no nos beneficie a todos contar con uno en casa o en la comunidad de vecinos.
Quizás no lo hayas notado, pero esa sequedad en la piel demanda hidratación. Algo que posiblemente compenses con algún aceite, body milk y cremas. ¿Has probado alguna vez a no ponerte?
La sensación de tirantez es incómoda. Parece que la cara se nos fuera a agrietar al sonreír o hacer cualquier gesto ¿eso también te pasa? Pues se debe al exceso de cal en el agua con la que te duchas o te lavas.
O la textura de tu cabello. Ese acabado áspero y encrespado no tiene porqué hacer referencia a la calidad de tu pelo. Y supone un gasto extra en peluquería o tratamientos adicionales. Como mascarillas.
¿De verdad crees que estos equipos son un gasto o una inversión?
Déjame aventurar mi respuesta. Si has notado alguno de los problemas anteriores pensaras en un descalcificador como una inversión necesaria. Por lo que tu respuesta a la pregunta que da título al texto será afirmativa.
Por otro lado, si en tu comunidad de vecinos habéis empezado ya con reparaciones, también lo verás útil. Seguro que con tanta derrama ya lo tendríais más que amortizado.
Además de evitaros la incomodidad de las obras. Por no mencionar que sería más interesante contar con un equipo de mejor calidad y pagarlo entre todos los vecinos.
Finalmente, si tienes niños con alguna de las afecciones mencionadas anteriormente te parecerá imprescindible. Es por eso que valorar un descalcificador es algo tan variable ¿qué opinas tú?
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