Nuestro cuerpo está compuesto por agua. De la mayor o menor pureza de esa agua depende nuestra salud. Los expertos recomiendan beber agua con la convicción de que el agua es lo mejor que podemos tomar para cuidarnos, conservar la juventud, el bienestar y llegar a viejos con el mejor aspecto. Sin embargo, ¿es realmente pura toda el agua que bebemos? Si acostumbras a beber agua del grifo, la respuesta es que no. El agua que llega a nuestras casas contiene un exceso de cal. Lo notamos en las cañerías que se atascan y en la lavadora. Entonces, ¿qué consecuencias podría tener en nuestro frágil organismo? Para evitar riesgos, se aconseja el consumo de agua osmotizada y procesada por descalcificadores de agua.

Descalcificadores agua

 Efectos de la cal en el agua

La presencia de cal en el agua provoca atascos en tuberías, griferías, sanitarios, caldera, calefacción y otros aparatos que usan agua. A consecuencia de ello necesitan gastar mayor energía en su funcionamiento, con el consiguiente aumento del gasto en electricidad, y de las reparaciones que exigen las frecuntes averías. En las lavadoras y lavavajillas, también nos pide un mayor uso de detergentes y productos de limpieza para eliminar las manchas. En la piel y el cabello también se aprecia el daño que causa la cal. Nuestra piel se queda apagada, seca, áspera, deshidratada.

Osmosis inversa

 El uso de descalcificadores de agua

Los descalcificadores de agua, mediante sistemas de osmosis y osmosis inversa, filtran el agua, reduciendo la cantidad de cal y residuos y aumentando la cantidad de agua pura. Lo hacen mediante una botella con resina que retiene la cal cuando el agua circula en su interior. A su vez, un cabezal multivía limpiará, con ayuda de un depósito de sal, la cal en la resina, dejándola limpia para un nuevo filtrado, dando lugar a un agua menos dura y mejor para la salud y también, mejora el funcionamiento de las máquinas. Un ahorro importante en dinero y en salud.