Si en el planeta tierra existe un ángel de la guarda o defensor del agua, sin duda es, Masaru Moto, un Japonés que dio la vuelta al mundo, empeñado en dar a conocer una teoría que él experimentó: “el agua es el alma del universo en versión líquida, o la conciencia que todo lo registra”. Capaz de grabar cualquier tipo de vibración del sonido, como palabras, colores, emociones y pensamientos. En definitiva, el agua tiene memoria .

La teoría de Masauru

Afirmaba que tanto el pensamiento humano, como las palabras, incluso las escritas como puedan ser las etiquetas puestas sobre un envase, influyen en la composición del agua para mejorarla absolutamente. Y así trató de demostrarlo en cada una de las conferencias y entrevistas que realizó por todos los países donde se le invitaba a explicar su descubrimiento. Esta supuesta mejoría, pasaría también al organismo al ingerirla.

Las fotografías que mostraba para avalar su hipótesis, eran de diferentes muestras de aguas, las cuales, cada una de ellas habían sido expuestas a diferentes palabras o sonidos, unas de estas primeras malsonantes y otras con mensajes positivos, y los sonidos unos caóticos y otros armónicos, dando lugar a formaciones en la molécula del agua bellos o desagradables. Las palabras dichas al agua o escritas en los envases que la portaban eran tales como: amor, odio, te quiero, me das asco, verdad o eternidad.

El Agua, elemento “con” y “portador” de vida

dispensadores de aguaPese a que este estudio sobre el agua tiene su seguidores y detractores, lo que está claro es que nos demuestra una vez más la gran importancia del agua como elemento intrínseco en el ser humano y todo lo que lo forman, físico, mental y espiritualmente.

No hay ni una sola cultura en el mundo, incluidas las más antiguas, que no la hayan rendido culto, o situado en el lugar que merece, ofreciéndole las mejoras necesarias.

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